La repentina noticia de la quiebra del Banco Abbey fue un duro golpe para el ya frágil corazón de Matthew y lo mató al instante. Se ve a Marilla practicándole RCP a Matthew, pero sin éxito. Todos en Avonlea van a Tejas Verdes a llorar, donde Anne es la única incapaz de llorar. Los dos que más querían a Matthew se consuelan mutuamente, pues nadie lo había amado tan profundamente como ellos. Mientras lloran juntos, Marilla le dice a Anne lo feliz que ha sido desde que llegó a Tejas Verdes y lo insoportable que habría sido pasar por esto sola.