Noguère, un viejo patriarca, está a punto de morir y decide confesarse por fin con un sacerdote. Una vez vivió solo con su hijo Juste, quien le ayudó a cultivar las tierras de los Mauvents. Una noche, Noguère disparó contra un par de intrusos, hirió a la niña y mató a su prometido. Al dar a Catoune, la muchacha, el refugio de su casa, Noguère se vio obligado -aunque de mala gana- a darle la mala noticia a su prometida. Pero Catoune se recuperó, se instaló y luego se casó con Juste. Después de un tiempo, Juste se fue a la guerra y pronto se denunció su desaparición. Noguère consoló tan bien a la afligida joven que se convirtió en su amante. Pero Juste no había sido asesinado.