En un lugar indefinido, en un tiempo indeterminado, Guzmán, condenado cumplido, empieza su turno laboral en una gasolinera. Cada noche es la repetición de las noches anteriores, donde se inicia una sucesión de gestos, tareas y costumbres rutinarios. Y cada noche, mujeres perdidas se detienen en su gasolinera para pedirle ayuda. ¿Sólo ayuda? Guzmán será quien les permitirá seguir el camino hacia sus destinos, a su pesar, hasta que venga el relevo de turno. O hasta que él mismo decida que no puede más.